Después de la tormenta....

Hoy vuelve a llover en Écija, estamos de nuevo en alerta. El día se ve tristísimo, tan gris, con tan poca luz...
Hoy es el santo de mi marido, de mi madre, mi abuela y de una de mis mejores amigas.

Hoy al felicitarla, me han venido a la cabeza muchos momentos, pero en especial uno, que por desgracia nos ha tocado vivir a las dos.

Así que este post, va dedicado a ella y a todas las mamás que viven su embarazo en reposo.

Uno de los días mas felices de mi vida, fue cuando la beta dio positivo de Gonzalo. No me lo podía creer! Ya llevaba en mis espaldas dos abortos (uno de ellos de gemelos, con sus correspondientes legrados) y dos años de búsqueda incesante de bebé, tratamientos hormonales, invasivos, homeopáticos, acupuntura, heparina, charlas sobre adopción...a esto habría que sumarle el desgaste psicológico que conlleva cuando todas tus amigas y personas cercanas van quedándose embarazadas y la gente no deja de preguntarte cuándo te vas a animar tú...

Así, que cuando por fin conseguí el embarazo, puedo asegurar que fui la más feliz del mundo. Pero esta alegría pronto se vio emborronada, cuando una noche al ir al servicio, vi que estaba sangrando... Todas mis ilusiones se vinieron abajo drásticamente, mis peores pesadillas volvían a repetirse haciéndose realidad, estaba segura de que cuando llegara al hospital me darían la trágica noticia de que lo Había Vuelto a perder. Esto no me podía estar pasando por tercera vez!

Llegamos al hospital hundidos y tras una eco, me aseguraron que había latido. Casi me caigo al suelo, mis piernas apenas me respondían y no paraba de temblar... Esta escena se repitió hasta 19 ocasiones. Y siempre lo mismo, hemorragia, susto, desilusión, temor, ecografia, latido progesterona y vuelta al reposo. Así estuve hasta tres meses, de la cama al sofá y viceversa, devorando libros como una loca, descubriendo nuevas páginas de internet, aburrida, hastiada de casa y sofá...

Por desgracia, hay embarazos que traen esto en el lote, a mí, lo que verdaderamente me importaba era que el bebé estaba ahí, agarradito a mí, y eso era lo que me daba fuerzas para levantarme de la cama (e ir al sofá), era feliz cuando tenía fatiga y vomitaba, porque era una señal y síntoma de embarazo.

El reposo, por cualquier causa es muy duro, pero cuando tienes hemorragias, o no paras de manchar, tu cabeza no puede parar de maquinar y pensar en las peores cosas, esa ansiedad no beneficia para nada el embarazo, pero es inevitable. Yo, lo minimizaba manteniendo la mente ocupada sobre todo leyendo. Por eso mi principal consejo para todas aquellas mamás que estáis pasando por esta difícil situación es que procuréis ocupar vuestros pensamientos todo el tiempo, ya sea leyendo, viendo pelis, estudiando algún idioma o escribiendo un blog... Lo que sea!

Pero el verdadero mensaje que quiero transmitir es que todo eso algún día va a pasar, y lo que antes eran días perdidos cargados de eternas horas, interminables minutos y pesados segundos, algún día dentro de unos pocos meses, serán días soleados (aunque llueva como hoy) con grititos de bebés, muñecos tirados por toda la casa, y la sonrisa más bonita que jamás hayas podido imaginar.