lunes, 13 de febrero de 2017
Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión.
Un té, una manta y un rato de sofá con un libro ha vuelto a recordarme una de mis pasiones sepultadas por la maternidad y la crianza de tres niños.
Pero lo estoy retomando, el truco es buscar libros cortitos que enganchen, hasta ahora me estoy dejando guiar por las opiniones de las compañeras de trabajo o por el grosor o más banal si cabe, por las portadas bonitas.
Esto fue lo que me pasó cuando ordenando el estante de la biblioteca topé con este libro de Mamen Sánchez cuya portada me sedujo de inmediato.
Nos acerca a la vida de Cecilia Dueñas, una mujer que tras un amargo desenlace amoroso decide cambiar de aires reformando la casa donde vivieron sus abuelos, buscando huéspedes para compartirla.
La obra está llena de humor, pero a la misma vez mezcla el romanticismo, con la intriga y el suspense. El lector acaba empatizando con los personajes hasta el punto que el final, da la sensación de que ha llegado demasiado pronto.
Recomiendo esta lectura a todas aquellas personas que quieran retomar sus ratitos de lecturas aunque tengan poco tiempo, ya que es un libro que como se dice algunas veces "se lee prácticamente solo".
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